¿Qué es la micropigmentación?
Es una técnica de maquillaje semi-permanente que consiste en la implantación de micropartículas de pigmento debajo de la superficie de la piel. Se utiliza principalmente para corregir y embellecer los rasgos faciales como las cejas, los labios y los parpados. También en la actualidad tiene aplicaciones en el campo paramédico, como por ejemplo en la reconstrucción de areolas mamarias, cicatrices, alopecia, entre otras. Su finalidad es exaltar la belleza propia de la piel, además de equilibrar, corregir o camuflar sus imperfecciones. Se trata de una técnica que actualmente demandan tanto mujeres como hombres, siendo su finalidad correctiva y embellecedora. (Martínez, 2013 y Álvarez, 2017)
La micropigmentación se realiza mejor en la epidermis, ya que las partículas son de menor tamaño y son naturales. Sin embargo, con el tiempo se produce una degradación del color por lo que es importante realizar un buen mantenimiento, ya que la durabilidad será mayor o menor en el tiempo dependiendo de la zona micropigmentada. (Winther, 2017)
Según García, Páez y Rondón (1998) la micropigmentación se utiliza sobre todo como una técnica alternativa, especialmente cuando otros tratamientos no son eficaces, o bien existe mucha ansiedad en el paciente. Sin embargo, es importante también tener en cuenta sus contraindicaciones y complicaciones. Por un lado la micropigmentación estaría contraindicado en el caso de enfermedades activas como la psoriasis, liquen plano, etc.; historia de queloides, tratamiento con isotretinoína, dermografismo, embarazo, discrasias sanguíneas, trastornos psicológicos. Por otro lado, la micropigmentación también puede presentar las siguientes complicaciones: Infecciones, pérdida permanente de los cilios, dispersión del pigmento, disminución de la calidad del pigmento (10% en períodos que varían entre uno y tres años tras la pigmentación).
En relación con la micropigmentación y la respuesta de la piel, es importante tener en cuenta su tipología. Por ejemplo, en pieles secas y envejecidas al ser menor la velocidad de regeneración celular, la permanencia y durabilidad de la micropigmentación en la piel será menor; en pieles más finas y frágiles, el riesgo de lesión será mayor; y en pieles jóvenes y grasas, la mayor velocidad de regeneración celular, propicia una menor permanencia de la micropigmentación en la piel, aunque una mejor cicatrización. (García Pello., Linares Prosper, Ruíz Verduch, y Urios Cremades, 2007).
Según García Pello y col. (2007), el proceso de adaptación de la piel tras la implantación y fijación del pigmento se produce a lo largo de periodos que pueden durar aproximadamente 30 días. Todo ello dependerá del tipo de piel, de la edad y traumatización en la zona afectada del cliente.
Dichos autores (García y col. 2007, p.47) señalan que “la introducción del pigmento hasta la capa basal de la epidermis con una aguja fina provoca una inflamación en los tejidos como respuesta a las heridas provocadas por la penetración de las agujas y la saturación del pigmento. En este sentido la piel reacciona mediante vasodilatación y una traumatización, lo que provoca a su vez una respuesta inmunitaria del organismo”. Esto hace que en algunos casos se produzca un rechazo y en ocasiones en mitad del tratamiento el organismo puede reaccionar expulsando el pigmento que se quiere introducir, por tratarse de un elemento extraño (una de cada 200 personas rechazan el pigmento).